Milagro: inspectores encontraron a un niño que deambulaba a la madrugada en una peligrosa zona

“Andaba solito en medio de la oscuridad”, relataron esta mañana quienes vivieron de cerca la situación que se produjo en horas de la madrugada cuando tras el alerta de un ciclista, personal de la grúa de Inspección General logró divisar a un pequeño que caminaba en un lugar próximo a la intersección de 3 de Febrero y Crucero General Belgrano.

Allí lo recogieron, lo abrigaron y hasta “le convidaron un alfajor” para calmar su angustia hasta entregarlo al personal policial y detectar el hogar del que se fue por sus propios medios, aparentemente tratando de seguir a su mamá.

“Anoche como a las 4 de la mañana, la grúa estaba por Avenida 3 de Febrero y se encontraron con una criatura de 3 años, solita”, dijo una de las integrantes del cuerpo de inspectores esta mañana en Sin Galera para destacar la tarea que les compete mucho más allá del control de tránsito.

De inmediato frenaron para ayudarlo: “Estaba con zapatillas, pantalones cortos y con frío y cuando uno de mis compañeros le dijo: “Vamos”, estiró los brazos y lo abrazó.  Se que estaba con un susto tremendo”, refirió la agente que reportó la actitud de sus compañeros. Mas tarde, La Opinión pudo dar con los protagonistas del rescate del menor.

Según trascendió el nene había caminado varias cuadras desde la zona del Barrio Futuro. Hay versiones encontradas sobre su recorrido y el tiempo en que estuvo a la intemperie. “Vos le preguntabas para dónde vivía, y él señalaba pero no te podía decir dónde”, refirió el inspector Jonathan Monteros, uno de los protagonistas de esta historia.

“Yo fui uno de los inspectores que fui anoche al lugar y encontramos al nene en Crucero y 3 de Febrero en dirección hacia el puerto”, indicó esta tarde a La Opinión cuando se pudo constatar que efectivamente en esa zona de alto tránsito de camiones pudieron salvarle la vida en medio de la oscuridad que domina ese sector de la ciudad.

“Estábamos patrullando y tipo tres de la mañana me avisa un hombre que venía en bicicleta que había un nene chiquito perdido en la rotonda de Crucero y 3 de Febrero. Me fui hasta el lugar con mi compañero y cuando llegamos no lo vimos; agarré Crucero para el lado del puerto y vi a unos chicos en moto que me hacían señas, frenamos en el lugar y vi al nene en una obra en construcción”, relató el inspector y continuó: “estaba al fondo del terreno rodeado de unos perros, fui hasta donde estaba, lo llamé y le dije “amiguito vení”. Se acercó y mi compañero lo levantó y en eso llegan los efectivos policiales”. Se refería a Jorge Belo, el otro inspector que intervino en el rescate.

Luego recordó emocionado: “Lo tapé con mi campera y lo llevé hasta la grúa y le puse la calefacción porque estaba desnudo y descalzo; le di un alfajor mientras le preguntaba el nombre y la edad”.

Para mantenerlo seguro y entretenido, Monteros apuntó: “Le pregunté como se llamaba, me dijo Mateo y le pregunté la edad, me dijo 4 años y le enseñé la botonera de la grúa, la sirena y las luces mientras los efectivos policiales llamaron para ver como proceder”. Allí consultaron a la guardia y llamaron al 107 para solicitar una ambulancia con el propósito de que algún profesional viera al menor. “Cuando lo estaban por llevar a la Comisaría de la Mujer apareció la madre del nene”. Más tarde, tanto Monteros como Velo llegaron al hospital para certificar que Mateo estaba asistido y que su cuadro febril sería atendido por profesionales.

Eran las cinco de la mañana y por las características del caso se resolvió dar intervención al Consejo del Menor y al Juzgado de Paz para que evalúe un seguimiento que permita establecer de qué modo y durante tanto tiempo el nene deambuló sin protección.

Las primeras versiones indican que la madre lo había dejado al cuidado de un familiar mientras iba a la farmacia en procura de un medicamento.